La fiscal penal especializada en Ciberdelincuencia, Sofía Cornejo, representó al Ministerio Público Fiscal ante la Sala III del Tribunal de Juicio del distrito Centro, en la audiencia de debate contra un hombre de 25 años, como autor de los delitos de grooming (cuatro hechos) y abuso sexual con acceso carnal agravado por el peligro de contagio de una enfermedad grave (dos hechos).
Durante la audiencia de debate se expusieron las distintas medidas probatorias y testimonios obtenidos durante la investigación, y este martes se desarrollaron los alegatos de las partes. En su exposición, la fiscal Cornejo hizo hincapié en el riesgo del escenario digital, donde se originan estos delitos, caracterizado por la masividad, la interterritorialidad, y la falta de control efectivo como reglas predominantes.
Este escenario digital constituye un ámbito hostil o poco seguro para las niñas, niños y adolescentes, quienes viven sus primeras experiencias de la mano de una red social, de una aplicación de citas, de videos de TikTok, muchas veces sin el acompañamiento de un adulto, convirtiéndose en blanco fácil para los depredadores sexuales que se esconden en el ciberespacio, dispuestos a quebrantar su integridad e indemnidad sexual, e interferir de manera perjudicial y dañina en el libre y sano desarrollo sexual de estos menores de edad.
Por lo expuesto, la Fiscal caracterízó al acusado como un pedófilo digital, quien se encontraba atraído sexualmente por menores de edad y desplegó su accionar a través de las redes sociales, como medio más fácil para acercarse a las víctimas y lograr su confianza, mantener charlas sexuales, conseguir fotos y videos íntimos y, en muchos casos, concretar encuentros sexuales.
El segmento etario de los damnificados fue la adolescencia (con todo lo que ello implica a nivel de comportamiento y desarrollo biológico y cognitivo), su falta de consciencia acerca de la consecuencia de sus actos y la falta de capacidad de detectar el peligro, y es así que, aprovechó todas estas circunstancias para satisfacer sus deseos sexuales sin riesgo alguno, ya que lo hacía desde el anonimato que permite Internet.
En el veredicto, el juez Pablo Farah, condenó al acusado a la pena de 14 años de prisión de ejecución efectiva y en el mismo fallo dispuso que sea registrado en el Banco de Datos Genéticos.
La investigación inició en abril de 2024, cuando la madre de un menor de 12 años de edad, denunció que su hijo había entablado contacto con una persona mayor de edad a través de una red social y que éste lo había citado para un encuentro en la zona macrocentro de la ciudad.
Los padres del adolescente concurrieron al lugar establecido y al detectar la presencia del sospechoso en un automóvil, solicitaron la intervención de personal del Sistema de Emergencias 911 y se produjo su detención.
En el avance investigativo, se sumaron denuncias por la comisión de otros hechos delictivos por el acusado en contra la integridad sexual y contra la salud de otros menores de edad, que fueron constatados.