Una triste realidad, pero que cada día se hace más habitual. Salta Comparativa dialogó con José, un salteño de 54 años, que desde hace varios años vive en la calle. “No es lindo, pero es triste” dijo.
José contó que hace tiempo sufrió un importante robo, y que tras ello, luego de los problemas familiares, se quedó sin nada. Su familia no lo reconoce, no le permite regresar a su hogar, y por ello debe refugiarse en las frías calles de Salta.
“Es feo vivir en la calle, tener que dormir en el suelo, morirse de frío” dijo, y lamentó que cada vez sean más personas las que tengan que atravesar por esta situación.
José relató que ellos día a día reciben ayuda de diferentes instituciones, como Caritas, que les dan desayuno y algunas prendas de abrigo, pero lamentó que el Estado no los asista. José, como tantos otros, no encuentran un lugar caliente para dormir por la noche debido a que todavía no se abrieron los refugios.