Comenzó en enero pasado cuando en medio de una discusión en el centro de salud del barrio San Ignacio él la insultó. Al momento ya se habían dictado medidas judiciales que le prohibían cualquier acto de violencia.
Unas semanas después se presentó en el domicilio de la mujer y dañó la puerta de ingreso, conducta que se repitió en diversas ocasiones. Ya en abril entró sin autorización en la vivienda, provocando daños en electrodomésticos y quemando ropa, todo ello en un estado violento y bajo los efectos del consumo de alcohol, nuevamente ignorando las restricciones impuestas por la justicia.
El último incidente, que motivó la denuncia y detención del hombre ocurrió en julio de 2025, cuando ella lo encontró dañando la cerradura de la puerta de acceso de su casa y se negó a retirarse del lugar pese a su pedido.
En la audiencia flexible y multipropósito en la que las partes llegaron a un acuerdo de juicio abreviado el acusado asumió su participación y responsabilidad en los hechos, y prestó conformidad con la pena acordada entre el Ministerio Público Fiscal y su defensa.
El juez de Garantías interviniente lo condenó a la pena de seis meses de prisión de cumplimiento efectivo y ordenó su traslado a la Unidad Carcelaria 1. Fue considerado autor de los delitos de daños, desobediencia judicial y violación de domicilio, todos los hechos fueron cometidos en concurso real, en un contexto de violencia familiar y de género. Como parte de la sentencia, se dispuso que el condenado reciba tratamiento para el consumo problemático de alcohol, buscando su incorporación a programas especializados.