Un grupo de salteños que fueron traídos a la provincia desde Córdoba denuncian atropello por parte de la Policía de Salta en el marco de la cuarentena obligatoria que cumplen al ser “repatriados”.
Salta Comparativa dialogó con Clara, una de las jóvenes que llegó a la provincia el pasado jueves, y contó que desde ese entonces por parte de la fuerza policía reciben maltratos. Según relató ellos llegaron a territorio salteño y de inmediato trasladaron el contingente de 52 personas a un hotel ubicado en calle Buenos Aires.
“Nadie sabía nada. Recién cuándo llegamos a este punto nos indicaron que íbamos a tener que hacer la cuarentena durante 14 días acá, y la verdad que lo entendemos, pero no dejaremos pasar el maltrato” señaló.
Según contó Clara, por cada habitación hay unas tres personas. “El espacio no es óptimo, pero no hay problema” dijo, y continuó: “Desde el jueves solo nos daban dos comidas al día, almuerzo y cena, y recién este domingo nos trajeron el desayuno” denunció.
Respecto al atropello por parte de la Policía relató que en la tarde del sábado aparecieron efectivos con armas en sus manos y les indicaban que no podían salir de sus habitaciones a los gritos. “Nos decían que si salíamos nos iban a meter presos” manifestó, y agregó que se trató de un planteo innecesario, “nosotros entendemos lo que estamos viviendo, y no nos parece la forma de venir a amenazarnos de esta manera” dijo.
Al parecer a los vecinos de la zona tampoco les gusta que este contingente esté en ese hotel. “Se ve a personas que se paran frente a las puertas y sacan fotos, y al parecer ellos son quienes denuncian que estamos en ese lugar” sostuvo.
Maltrato psicológico
Clara relató que todas las personas que se encuentran en ese hotel entienden que deben cumplir con la cuarentena, pero lamentó que no reciban un poco de contención psicológica, o que al menos les expliquen bien las cosas. “Estamos encerrados y nadie nos dijo nada. Solo estos policías que nos tratan a los gritos como en la cárcel” contó, y agregó que recién ayer, después de varios pedidos, un médico se acercó a preguntarles cómo estaban y a mostrar al menos su lado más humano.