Desde que el proyecto se aprobó en ambas cámaras legislativas, el Gobernador de Salta se reunió con representantes del sindicato de los trabajadores para llegar a un acuerdo y poder promulgar la polémica ley.
En este marco, la Confederación General del Trabajo de Salta, dirigida por Carlos Rodas, estaría ingresando a un terreno de conflicto de intereses: ¿deja de lado sus ideales y acompaña a Gustavo Sáenz en el manejo de la ley que regula la protesta social? O insiste con la defensa de los derechos de los trabajadores.
Claro está, a lo largo de los años la relación de las centrales obreras con los gobiernos siempre fluctuó entre buena y mala. En algunos momentos fueron amigos, y en otros los peores enemigos, pero bien en el fondo se sabía que detrás de esos estados existían intereses muy pocos expuestos.
Ahora bien: Sáenz necesita del apoyo de la CGT para bancar su proyecto que tanta voz en contra generó, pero… ¿Qué le pedirá Rodas a cambio? Porque de un momento de otro, Rodas y el sector gremial, cambiaron de parecer, y pasaron de repudiar la iniciativa a “aportar ideas”.
¿Los trabajadores nucleados en este sector obrero permitirán que sus líderes acuerden con el Gobierno, entendiendo que sus derechos también están en juego?