Tras ser mantera durante muchos años, Lucía fue invitada por la Municipalidad de Salta a ocupar un lugar para la venta de sus productos en una feria ubicada en calle Ituzaingó al 300 junto a otras personas, y allí poder desarrollar sus tareas sin tener problemas legales. Ella pensaba que a partir de ese momento su suerte iba a cambiar para bien, pero no fue así.
Poco tiempo después Lucía comenzó a sufrir “persecución” por parte de la nueva administración de ese espacio. Según contó a Salta Comparativa, hace unos días recibió la notificación de la nueva encargada que debía cambiar de lugar su puesto, sin motivo alguno. Ella no aceptó la directiva, y se presentó en la Municipalidad para plantear su caso, donde le informaron que no debía hacer caso a esa orden.
Sin embargo no quedó todo allí. Al otro día, Lucía fue notificada por la administración que debía irse definitivamente de ese espacio por “generar problemas”.
“La nueva administración me persigue porque tiene problemas con mi padrastro, que era el anterior administrador” denunció.
“Yo necesito trabajar. Con este ingreso mantengo mi casa, y ayudo a mi hermana que estudia en la Policía. Es injusto que me quieran echar, cuando yo no hice nada, solo quiero defender mis derechos” lamentó.