Sección: Salta

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Nuevamente La Veloz del Norte en la mira: familia denuncia que nunca despacharon una encomienda y la empresa “se lavan las manos”

Según denunciaron a Salta Comparativa, una familia salteña envió una encomienda desde Salta a Córdoba, pero el pedido no llegó, y nadie sabía que había pasado.

Imagen ilustrativa
Imagen ilustrativa

Un verdadero calvario vive una familia salteña con la empresa La Veloz del Norte, en su espacio “encomiendas”. Según denunciaron a Salta Comparativa, el pasado lunes procedieron a dejar una paquete para ser enviado a la provincia de Córdoba en el día, pero el mismo nunca había salido del lugar.

Esta familia contó que el envío había sido recibido en una oficina ubicada en calle Coronel Moldes, frente a plaza Alvarado, y desde este espacio se habían comprometido que esa misma noche el paquete sería enviado a destino, con llegada al otro día. En la fecha pactada, quien recibía la encomienda se presentó en la Terminal con el deseo de retirar el mismo, pero no había llegado.

Al consultar sobre los motivos, desde Córdoba informaron que nunca había salido, a pesar que el sistema de rastreo de encomiendas figuraba que el mismo estaba en camino

Confirmado este dato, los damnificados se comunicaron con la empresa en cuestión, pero las respuestas no arrojaron ninguna solución. A través de una comunicación por WhatsApp, desde La Veloz del Norte le indicaron que el paquete, al haber sido dejado en una sucursal, y no en la terminal de Salta, ellos no tendrían vinculación. “El motivo por el cual no sacaron la carga lo desconozco. En sistema no asentaron nada” se fundamentaron.

Tras esta respuesta, las víctimas fueron nuevamente a la sucursal en cuestión, donde tras varios llamados con otros responsables, les informaron que el paquete estaba en depósito, es decir, que no coincidía la información otorgada por el sistema con lo que les manifestaban en el lugar. Cómo si esto fuera poco, la encargada de la sucursal manifestó su enojo con La Veloz, pues la empresa no podía desligarse del tema.  

Con la promesa que el envío iba a llegar a la primera hora del otro día, las esperanzas se renovaron, pero nuevamente fallaron. Quien recibía la encomienda dejó todas sus actividades laborales de lado (otra vez), y se presentó en la Terminal de Córdoba para recibir el envío, para recibir otra mala noticia: “El envío no llegó, quizás más tarde” fue la respuesta. 

Pasados dos días desde el envío, nadie tiene certezas