Suárez está acusado por un hecho ocurrido el 15 de mayo de 2019, en El Catrial, Angastaco (departamento de San Carlos). Según consta en la causa, ese día, alrededor de las 23, el acusado le disparó a Martina Díaz en la zona abdominal y luego huyó a esconderse en una zona inhóspita, cerca del límite con la provincia de Catamarca. Martina Juliana Díaz falleció el 16 de mayo de 2019.
Hoy declararon peritos del CIF y un policía del destacamento de Angastaco. La fiscalía solicitó la incorporación por lectura de los testimonios brindados en la etapa investigativa por el abuelo (Faustino Guitián) y el hermano del imputado (Pascual Suárez), quienes estuvieron presentes en el lugar del hecho. La defensa se opuso y los jueces difirieron la decisión para mañana.
Ambos testigos residirían en Catamarca. Hasta el momento no pudieron ser localizados. Para mañana estaría prevista también la producción de los alegatos.
El primer testigo en declarar hoy fue un efectivo del destacamento policial de Estancia Jasimaná (Angastaco) que colaboró con personal de la Brigada de Investigaciones al momento de la detención del acusado. Dijo que la comisión partió hacia Pampa Llana en vehículos y, a partir de allí, siguieron en motocicletas hasta El Catriel, lugar donde ocurrió el homicidio. Luego recorrieron a pie diferentes puestos de la zona. El testigo actuó como guía. Contó que el imputado fue localizado y detenido durante un segundo viaje que hizo la comisión. Gregorio Suárez estaba oculto en una vivienda abandonada ubicada al lado de un río, en un paraje llamado Cerro Negro. En el mismo lugar encontraron el arma que habría utilizado para dispararle a la víctima.
El efectivo comentó que el hermano del imputado acompañó a la comisión en esa ocasión. El testigo manifestó que, en el trayecto, Pascual Suárez les dijo que él y sus familiares tenían miedo porque Gregorio andaba con un arma por los cerros. Temían que reaccionara contra de ellos o contra algún vecino.
Durante la jornada también declararon dos licenciados en Criminalística (un perito del CIF y un perito de parte de la Corte) que analizaron la mecánica del hecho en base a las declaraciones testimoniales brindadas por el imputado y a pruebas reunidas.
Luego de su detención, Gregorio Suárez dio su versión y sostuvo que, estando preso, logró recordar que ese día él había estado tomando bebidas alcohólicas con su hermano. Entonces llegó Martina y él le reclamó porque había demorado en volver de Pampa Llana. Ella le explicó que había aplazado su regreso porque no encontraba coca para el abuelo.
El acusado sostuvo que él estaba convencido de que ella tenía otro hombre. Le pidió a Martina su teléfono y ella le dijo que no tenía batería. Entonces discutieron. Fueron hacia el corral y él le dijo que se iba a quitar la vida. Ella le pidió que hablaran y quiso quitarle el arma. Fue en ese forcejeo que él tropezó con una piedra, presionó el gatillo sin querer y la bala le dio a Martina.
Gregorio Suárez agregó que, ante esto, se asustó, decidió no matarse y huyó a los cerros para esconderse.
Los peritos indicaron que intentaron recrear el suceso siguiendo el relato del imputado. Señalaron que, conforme a las diligencias llevadas a cabo, el acto de tropiezo no pudo producir un disparo accidental. Ante consultas de la defensa, aclararon que los parámetros no son fijos porque la fuerza utilizada varía de acuerdo a cada persona y diversos factores.
El arma secuestrada es un tipo de carabina modificada (de semiautomática a tiro a tiro). Los testigos indicaron que, por sus características, después del disparo, quien la manipulaba debió mover una manivela voluntariamente hacia atrás para expulsar la vaina encontrada en el lugar del hecho.
En función de la forma en que se debe cargar el arma, y de acuerdo a resultados de pericias balísticas realizadas en casos de disparos accidentales, los peritos aseveraron que quien manipuló la carabina tenía conocimiento acerca de su funcionamiento.
Finalmente declaró un perito del CIF que tuvo a su cargo el análisis del teléfono de la víctima. Indicó que no existía intercambio de mensajes entre Martina Díaz y Gregorio Suárez. Luego se verificó que el acusado no manejaba celular.
El juicio se lleva a cabo con tribunal colegiado integrado por los jueces Federico Diez, Paola Marocco y Francisco Mascarello. Por el Ministerio Público interviene la fiscal de la UFEM, Mónica Poma. La defensa del imputado está a cargo de Marcelo Di Bez.