La denunciante relató que una noche de febrero, mientras se encontraba en su domicilio, el acusado comenzó a agredirla físicamente y le impidió salir de la habitación. Además, le rompió el celular para impedirle llamar a sus parientes o al Servicio de Emergencia 911.
El imputado fue condenado en un juicio abreviado realizado en el marco de una audiencia flexible y multipropósito del Plan Piloto de Oralidad. La jueza Paola Marocco le dictó una pena de dos años de prisión efectiva y ordenó que continúe privado de su libertad bajo la modalidad de prisión domiciliaria. La condena fue unificada con otra anterior en la pena única de dos años y ocho meses de prisión efectiva.
