Sección: Salta

Justicia Federal

Condenaron a tres motoqueros por transportar de 26 kilos de cocaína en la ruta a Cafayate

Recibieron 2, 3 y 5 años de prisión en el marco de un proceso de juicio abreviado. El caso salió a luz en enero pasado, cuando uno de ellos chocó con un camión en la ruta 68.

Condenaron a tres motoqueros por transportar de 26 kilos de cocaína en la ruta a Cafayate

Un motociclista involucrado en una operación de transporte de al menos 26 kilos de cocaína ocultos en tanques de combustible de motos de alta cilindrada, descubierto luego de que protagonizara en enero pasado un siniestro sobre la ruta 68, cerca de la ciudad turística de Cafayate, en la provincia de Salta, fue condenado a 5 años de prisión, en tanto que dos de sus cómplices recibieron 2 y 3 años de prisión.

La pena más alta fue impuesta en un juicio de cesura por el Tribunal Oral Federal N°2 de Salta a José Joaquín Durand, el conductor de la moto siniestrada, por el delito de transporte de estupefacientes, en calidad de autor. La sentencia fue dictada el 3 de noviembre pasado por la jueza Gabriela Catalano, quien actuó de forma unipersonal.

Esta sentencia completó el cuadro de una anterior dictada el 30 de septiembre pasado por el juez de Revisión de Salta, Guillermo Elías, quien durante la audiencia de control de la acusación homologó el acuerdo de juicio abreviado respecto a otros dos imputados al que había arribado la defensa con el fiscal federal Ricardo Toranzos junto a la auxiliar fiscal Carolina Aráoz Vallejo, del Área de Casos Complejos.

En esa oportunidad Leandro Leonel Serapio fue condenado a 2 años de prisión condicional como responsable del delito de confabulación para el transporte de estupefacientes, mientras que Cristián Gastón Navarro recibió 3 años de prisión de carácter efectivo.

En aquella audiencia, el juez de Revisión también homologó el acuerdo respecto a la responsabilidad penal de Durand en el delito de transporte de estupefaciente, por lo que el debate celebrado ante el Tribunal Oral Federal N°2 se concentró solamente en la determinación de pena.

En ese marco, la fiscalía había solicitado para Durand la pena finalmente impuesta de 5 años de prisión, de cumplimiento efectivo en una unidad carcelaria, en razón de la naturaleza y gravedad del hecho, pues sostuvo que, de haberse concretado la operación desbaratada, la salud pública se habría visto seriamente afectada por la producción de más de 170 mil dosis.

La fiscalía resaltó el ánimo delictivo del acusado. Ponderó que no padecía problemas de salud y que podía obtener su sustento económico de manera lícita, y explicó que, sin embargo, prefirió la vía criminal como integrante de una organización narcocriminal de relevancia.

El Ministerio Público Fiscal rechazó los argumentos defensistas respecto a que, dada la afección física sufrida por el imputado al accidentarse cuando transportaba la droga, no podía permanecer en la cárcel, ya que requería de la constante ayuda de otras personas para desarrollar sus actividades.

La fiscalía sostuvo que el Complejo Penitenciario Federal del NOA contaba con los recursos médicos necesarios para asistir a Durand y que, en todo caso, se podían arbitrar los medios para que sea atendido en el hospital de General Güemes, como sucede con otros reclusos.

La defensa, en tanto, insistió en la situación de salud del condenado a partir de distintos informes médicos y la declaración de un perito, en busca de que se mantuviera la modalidad de arresto domiciliario a la pena que disponga el tribunal.

Al resolver, la jueza Catalano se pronunció por la pena requerida por la fiscalía y dispuso la modalidad de cumplimiento domiciliario por un lapso de seis meses, tras lo cual se evaluará el beneficio otorgado en función del cuadro de salud.

La magistrada resaltó la gravedad del hecho por el peligro abstracto a la salud pública representado por la droga secuestrada. Consideró el narcotráfico como el flagelo del Siglo XXI, cuyo principal foco de afección es la familia de las personas que caen en la adicción de las drogas.

En línea con la fiscalía, puso de relieve que el acusado podía desarrollar una actividad laboral lícita, ya que trabajaba en un taller mecánico, y que en cambio decidió utilizar sus conocimientos en favor de la organización narcocriminal, al realizar las modificaciones necesarias para el transporte de la droga en determinados lugares de las motos, como en el tanque de combustible.

El caso se conoció a partir del accidente que tuvo Durand el 29 de enero pasado en la ruta 68, a pocos kilómetros de Cafayate, un destino turístico conocido por su paisaje rocoso que, de acuerdo con la fiscalía, es una vía alternativa del narcotráfico.

De acuerdo a lo acreditado en el proceso, alrededor de las 14.00 de aquel día el ahora condenado encabezaba el convoy de las motos cargadas con la droga e impactó con el mataburro de un camión Scania a la altura del kilómetro 70. A raíz del choque, terminó herido y tendido en la ruta, con la moto a un costado.

En la investigación, el chofer del camión describió la escena. Dijo que en un sector de curva y contracurva se le apareció el motociclista de contramano y, si bien explicó que no impactó de lleno, el golpe fue fuerte.

Explicó que al descender para auxiliar al conductor de la moto vio a dos motociclistas, que venían por detrás del accidentado, quienes se detuvieron y, sin sacarse los cascos, se acercaron a Durand. Ambos conducían motos similares a la siniestrada, marca Bajaj, de alta cilindrada.

El chofer dijo que en ese momento creyó que el motociclista iba a ser socorrido y se manifestó estupefacto al ver que los “amigos” le abrieron la campera y le sacaron unos paquetes e intentaron romper la moto para sacar algo más de ahí, mientras el accidentado, bastante dolorido, pedía que lo ayudaran.

Añadió que los dos motociclistas se guardaron los paquetes que buscaban, se subieron a sus motos y tomaron dirección hacia Salta. El camionero refirió que, al acercarse al joven que permanecía sin moverse en la ruta, mientras daba la alerta a la policía, el motociclista no dijo nada de sus heridas, sino que estaba preocupado por un “paquete” de droga que había quedado a la vista en la ruta, por lo que le pidió al camionero que lo alzara y lo arrojara más lejos, cosa que no hizo.

De acuerdo a lo reconstruido, mientras Durand pedía que le avisaran a un familiar, aparecieron turistas que lo asistieron junto al camionero, hasta que llegó una patrulla de la Gendarmería Nacional y agilizó la llegada de la ambulancia. Durand fue trasladado primero al hospital de Cafayate, para las atenciones primarias, tras lo cual fue derivado a Salta, donde quedó internado en el hospital San Bernardo.

En la ruta, en tanto, quedó el paquete con droga y otros más que, al revisar la moto, personal de Gendarmería extrajo de compartimentos fabricados dentro del tanque de combustible. Se trataba de cocaína con un peso de poco más de 6 kilos.

Tras el descubrimiento, personal de la policía de la provincia dio con las otras dos motocicletas que habían sido parte del convoy. Las encontraron en un hostal de la localidad de la Viña, a 104 kilómetros de Cafayate. Un móvil se presentó en el hospedaje a retirar la lista de huéspedes, oportunidad en la que la recepcionista le contó a los agentes sobre la llegada de dos motociclistas que se habían alojado el día del hecho.

La mujer indicó que habían llegado a la tarde y que dijeron que solo iban a dejar sus bolsos y se iban a la pileta del complejo municipal, pero que nunca volvieron, aunque pagaron la cuenta.

La empleada entonces les mostró a los policías las motos que habían quedado en el hostal. De esa forma, los agentes se percataron que eran similares a las que buscaban, a lo que sumaron otra evidencia: los nombres declarados por los huéspedes no coincidían con los números de DNI registrados.

Al inspeccionar por encima las motos, en especial en la zona del tanque, los policías vieron paquetes ocultos con droga. El 1° de febrero, dos días después del accidente, al hostal llegaron dos jóvenes a retirar las motos con la droga.

Esas personas eran Serapio y Navarro. Este último expresó a la recepcionista que había ido a pagar el hospedaje y a retirar la moto, e informó el nombre falso que habían registrado sus cómplices, que en la investigación se supone que estaban ubicados por encima de ellos en la cadena de mando de la organización criminal.

El personal del hostal reportó la aparición de Serapio y Navarro, cuya detención se produjo rápidamente, dado que las fuerzas de seguridad aguardaron que alguien apareciera a buscar las motos. En ambos rodados se hallaron otros 20 kilos de cocaína, ocultos en la zona del tanque.

De acuerdo a lo informado por la Unidad Fiscal, los dos reconocieron que su rol consistió en el retiro de las motos del hostal. Durand optó por mantenerse en silencio a lo largo de todo el proceso.