Sección: Policiales

Atención

Salteño abusó de una menor de edad pero no irá a la cárcel: si tiene buena conducta continuará libre

El sujeto abusaba de la hija de su pareja, aprovechando cuando la mujer salía a trabajar

Salteño abusó de una menor de edad pero no irá a la cárcel: si tiene buena conducta continuará libre

En un procedimiento abreviado llevado a cabo en la Sala IV del Tribunal de Juicio, un A. A. G. (48) a la pena de tres años de prisión condicional por resultar autor material y penalmente responsable del delito de abuso sexual simple agravado por la guardia en perjuicio de una menor.

La jueza Norma Beatriz Vera le impuso al condenado reglas de conducta que deberá cumplir por el término de tres años: fijar domicilio; someterse al cuidado del Programa de inserción social y supervisión de presos y liberados; prohibición de acercarse a una distancia de 200 metros a la redonda a la menor damnificada, de su grupo familiar y lugares que frecuenten; prohibición de mantener contacto por cualquier medio con la menor; realizar tratamiento psicológico previa indicación de un profesional sobre su necesidad y conveniencia y presentar las constancias correspondientes. Todo ello con apercibimiento de revocarse la modalidad de la pena dictada en caso de incumplimiento.

La jueza dispuso que el condenado sea examinado por un profesional del Servicio Médico del Poder Judicial y que se le extraigan muestras de ADN para su posterior incorporación en el Registro Nacional de Datos Genéticos vinculados a Delitos contra la Integridad Sexual y en el Banco de Datos Genéticos Provincial.

Durante el juicio abreviado, el acusado reconoció su responsabilidad en los hechos denunciados.

El imputado A. A. G. fue denunciado por abusos cometidos en perjuicio de la hija de su pareja. La menor le contó a su mamá que el acusado –papá de su hermanito menor- le había tocado los pechos y la vagina cuando ella tenía nueve años. Los hechos tuvieron lugar cuando A. A. G. se quedaba al cuidado de la niña.

En circuito cerrado de televisión, la niña relató que el papá de su hermano no vivía con ella pero algunas tardes iba a su casa a cuidarla, cuando su mamá salía a trabajar, de 16 a 21. A los 10 años se animó a contar lo que le hacía. Manifestó que no lo había hecho antes porque “no quería que su hermano se quedara sin papá”. Aparte, el acusado le decía que si ella hablaba, se iba a llevar a su hermanito.