Sección: Policiales

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Escándalo en el Servicio Penitenciario de Salta: costillares a cambio de favores y droga

Un testigo, que estuvo alojado en la Unidad Penitenciaria 1, contó lo que ocurría dentro del penal

Escándalo en el Servicio Penitenciario de Salta: costillares a cambio de favores y droga

Se desarrolló una nueva jornada del juicio seguido contra veinte personas imputadas como miembros de una red narcocriminal que operaba en la Unidad Carcelaria 1. La recepción de pruebas testimoniales continuó con la comparecencia –entre otros- de un testigo privado de su libertad, exinterno de la Unidad Carcelaria 1 actualmente alojado en un establecimiento penitenciario federal.

El sujeto, que solicitó declarar sin la presencia de los imputados, habló de los beneficios que obtuvo mientras estuvo en el penal de Villa las Rosas a cambio de dinero o de mercadería (carne).

Dijo que ingresó a la unidad carcelaria en 2019 y que a lo largo de su estadía obtuvo varios beneficios a través de uno de los funcionarios imputados, apodado “El Alfil”. Señaló que obtuvo  salidas extramuro, salidas a la granja y aumento de puntaje en su concepto. Contó que el acusado le pasaba un número de cuenta adonde su papá transfería el monto solicitado. Agregó que miembros de su familia también abonaron montos en efectivo en sitios donde el imputado los citaba. Él llamaba a su padre o a su hermana con un celular que había logrado ingresar al penal, pago mediante. Cuando le secuestraron el teléfono en una requisa, el propio acusado le prestaba el suyo para que gestionara el envío de dinero.

El testigo hizo referencia a un encuentro puntual que tuvo su padre en una estación de servicio, donde le entregó al funcionario implicado la suma de 280 mil pesos.

Contó también que en varias oportunidades le pidió a su hermana (propietaria de una carnicería) que enviara asado crudo y costillares al agente penitenciario a cambio de los beneficios que le conseguía. En la audiencia se reprodujeron fragmentos de llamados telefónicos realizados por el testigo solicitando la carne. En uno de ellos, le indica a un pariente que envíe un pernil a la casa de la madre de otro interno (también imputado en la causa), porque ella se lo iba a hacer llegar al “Alfil”.

El testigo sostuvo que también pagaba por el ingreso de marihuana. Su familia hacía transferencias al agente penitenciario o a parientes de otro interno (imputado en la causa) para que le hicieran llegar la droga. Aseguró que no sabía quién era el proveedor de la sustancia, pero remarcó que el funcionario que lo sobornaba no operaba solo, que había otros uniformados implicados.   

En su primera declaración, brindada en fiscalía, el interno también había mencionado a un jefe de pabellón (imputado en la causa) como el encargado de entrar la droga. Dijo que cuando este sujeto aparecía, los presos se alteraban porque sabían que él llevaba “el paquete”. Señaló que, como era jefe, no lo requisaban al ingresar al establecimiento.