La Sala IV del Tribunal de Impugnación no hizo lugar al recurso de casación de la defensa de C.A.N. en contra de la sentencia del juez del Tribunal de Juicio de Metán que lo condenó a la pena de ocho años de prisión efectiva como autor de abuso sexual con acceso carnal.
El hecho se produjo cuando cuando durante una fiesta el condenado, primo de la víctima, la invitó a dar unas vueltas en su motocicleta llevándola por la ruta 5 para descender en el arroyo Cabeza de Vaca donde concretó el delito.
La defensa técnica del condenado señaló en su recurso presuntas contradicciones en la declaración de la víctima afirmando que “no hubo ninguna violación y que la menor solo repitió un término usado por sus padres quienes influenciaron en su argumento”.
La jueza Virginia Solórzano y el juez Guillermo Polliotto puntualizaron que la sentencia cuestionada valoró todos los elementos probatorios. “A fin de acreditar un hecho delictivo, necesariamente debe partirse de los dichos de la víctima”.
Recordaron que la “declaración de niños víctimas de delitos sexuales, constituye un elemento incriminante de alto valor en la formación de convicción”. En el caso la víctima relató de manera coherente y espontanea el suceso.
“Se puede afirmar que de las pruebas producidas en el debate y de las constancias de la causa, no se advierte la presencia de algún eventual interés que en su caso pudiera justificar o dar razón sobre el porqué denunció en perjuicio del imputado, por lo que su declaración no merece en este sentido cuestionamiento alguno ya que nadie se aparta de la verdad si no tiene interés en hacerlo y por ello, no puede menos de creerse todo aquello que no implique un interés en mentir”, agregaron los jueces.
