El 5 de mayo se conmemora el Día Internacional de la Enfermedad Celíaca, fecha instituida con el fin de concientizar a la comunidad sobre esta patología y promover la búsqueda de soluciones para las personas afectadas.
La celiaquía es una enfermedad intestinal crónica que produce intolerancia total y permanente al gluten. La misma se presenta en individuos genéticamente predispuestos y se caracteriza por una reacción inflamatoria en la mucosa del intestino delgado, lo que dificulta la absorción de nutrientes.
Para mejorar la calidad de vida de un paciente en tratamiento, se debe seguir una dieta libre de Trigo, Avena, Cebada y Centeno (TACC), ya que no existe un tratamiento farmacológico que cure esta patología.
Para veganos sí, para celíacos no
Ahora bien, la realidad del celíaco es muy diferente a la que muchos piensan. En primer lugar, tal como se mencionó anteriormente, se trata de una enfermedad, es decir que al no cumplir con un estilo de vida se estaría poniendo en riesgo su integridad. Sin embargo quien es celíaco, más allá de tener que cuidarse de productos "contaminados" debe también cambiar de manera casi drástica su vida. ¿Por qué? Un celíaco no consigue muchas ofertas en bares o restaurantes para poder alimentarse de manera correcta. Solo basta con concurrir a alguno de estos espacios con alguien celíaco y podrán conocer la realidad; o solo galletas de arroz, o algún que otro producto empaquetado, y nada más.
Esta situación hace que un celíaco comience a adoptar una conducta diferente. Ante invitaciones o convocatorias a bares, o demás, prefiere no asistir pues de esta manera no afecta a sus compañeros de salida a tener que girar por diferentes lugares hasta encontrar un espacio apto.
A esto se suma que en muchos lugares existen ofertas para casi todos los gustos, claramente, para gustos escogidos por decisión propia, y no por obligación. Sin el ánimo de polémizar, es más factible que un vegano encuentre mucho más opciones que un celíaco.
Ese es el aspecto social, sin embargo el económico también juega un rol importante. Solo aportaremos datos: un paquete de fideos común puede costar (el más económico) unos 40 pesos. Un paquete de fideos para celíacos tiene un costo superior a los 150 pesos, es decir, casi un 300% más caro.
