A partir del reclamo que llevan adelante terapeutas que vienen exigiendo por las demoras y la interrupción en los pagos de sus prestaciones, miles de personas con discapacidad se quedaron sin sus terapias.
Sin embargo, muchos de los padres de chicos con discapacidad acompañaron las protestas porque consideran injusta la situación que atraviesan los prestadores y piden que se regularice.
La problemática es una maraña de acusaciones cruzadas: los prestadores denuncian que hubo un recorte en el área y que no cobran o lo hacen a cuentagotas. El Ministerio de Economía desmintió el achique, mientras que la Agencia Nacional de Discapacidad reconocieron “inconvenientes administrativos”. En tanto, la Superintendencia de Salud niega que haya habido demoras en la cadena de pagos, pero las obras sociales denuncian que no reciben los fondos para girar a los prestadores.
La plata, sin embargo, no aparece. Es por este motivo que, tras una asamblea nacional, parte del colectivo de discapacidad acordó llevar a cabo otro paro y marcha de antorchas el jueves 22 de septiembre.