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Ranking de corrupción mundial: Argentina uno de los países más comprometidos

Nuestro país descendió 12 lugares, al pasar del puesto 66 en el ranking de 2019 al 78 el último año

Ranking de corrupción mundial: Argentina uno de los países más comprometidos

En el primer año del gobierno de Alberto Fernández en el poder, Argentina empeoró su posición en el ranking anual de la organización no gubernamental Transparencia Internacional (TI) que mide cómo es percibida la corrupción en el Estado, según expertos, inversores y empresarios. Nuestro país descendió 12 lugares, al pasar del puesto 66 en el ranking de 2019 al 78 el último año, entre los 180 países medidos por TI para la elaboración del Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) 2020.

Este descenso en el ranking se da después que, en el último año de la gestión de Mauricio Macri, Argentina escalara 19 posiciones en el Índice 2019 y tuviera su mejor desempeño desde 2012.

En el IPC 2020 que difundió hoy la organización líder en la lucha contra la corrupción a nivel global, Argentina obtuvo 42 puntos sobre 100 máximos posibles, 3 menos que en 2019. En la escala utilizada, 0 puntos implican que un país es percibido como muy corrupto, y 100 puntos corresponden a aquellos con corrupción inexistente.

Con este puntaje, Argentina se ubica justo por debajo del promedio global en materia de percepción de corrupción que, al igual que el año pasado, es de 43 puntos, y continúa entre los dos tercios de los países que no alcanzan los 50 puntos sobre el máximo de 100, de acuerdo al indicador que TI.

La peor perfomance del país había sido en 2015, cuando obtuvo solo 32 puntos sobre 100, y quedó en el puesto 107 sobre 168 países, mucho más cerca del final de la tabla que hoy.

Corrupción y pandemia

En su análisis, TI vinculó estrechamente los resultados de la medición de este año con el manejo de la pandemia del COVID-19. “El Índice de Percepción de la Corrupción 2020 revela que la corrupción está socavando los sistemas sanitarios y contribuyendo al retroceso democrático”, advirtió la organización no gubernamental (ONG) que lidera la lucha contra la corrupción a nivel global más de 25 años.

Y destacó que “los países con buenas puntuaciones en el Índice invierten más en sanidad, tienen más capacidad de proporcionar cobertura sanitaria universal y son menos propensos a vulnerar las normas e instituciones democráticas o el estado de derecho”.

“El COVID-19 no es solo una crisis sanitaria y económica: es una crisis de corrupción. Y no la estamos superando”, advirtió por su parte Delia Ferreira Rubio, presidenta de Transparencia Internacional. “Hasta donde alcanza la memoria, ningún año ha puesto a prueba a los gobiernos como el que ha pasado, y aquellos que tienen los niveles más altos de corrupción han demostrado menor capacidad para afrontar el reto. Pero incluso los países que ocupan los primeros puestos del Índice, tienen la obligación urgente de reconocer su papel en perpetuar la corrupción dentro y fuera de sus países, agregó esta abogada argentina que preside la organización desde 2017 y fue reelecta el año pasado.

Los estudios realizados por el programa Sanidad Global de Transparencia Internacional encontraron que la corrupción priva al sector sanitario global de USD 500.000 millones al año. Entre las prácticas documentadas figuran demandas irregulares de pago a pacientes, malversaciones de fondos, robos, ausentismo, inflación de precios, favoritismo y manipulación de datos.

Pablo Secchi, director ejecutivo de Poder Ciudadano, capítulo argentino de TI, opinó en diálogo con Infobae: “Indudablemente el análisis de la corrupción durante 2020 estuvo cruzado por la pandemia. No es que la pandemia hizo más o menos corruptos a los países, pero mostró las debilidades y las fortalezas existentes. Nosotros decimos que la emergencia genera medidas excepcionales como la compra urgente de insumos, y la inversión en infraestructura. Esas medidas excepcionales deben estar acompañadas por medidas excepcionales en materia de transparencia”.

“Hoy, el gran desafío, más allá de controlar lo que sucedió durante 2020, es prestar especial atención a la compra de vacunas, a los acuerdos firmados, y a los contratos que deben cumplir las farmacéuticas”, agregó el directivo de esta ONG fundada en 1989, principal referente en materia de lucha contra la corrupción en el país y la encargada de presentar los resultados de Argentina.

Uruguay, al tope en América

En relación a los 32 países medidos del continente americano, Argentina se ubica en el puesto 14, uno más abajo que el año pasado. El ranking lo encabezan - al igual que en 2019 - Canadá con 77 puntos sobre 100, Uruguay con 71, y Estados Unidos y Chile con 67 ambos.

Para TI, “la corrupción constituye una gravísima amenaza a la vida y al sustento de los ciudadanos, especialmente cuando se combina con una emergencia sanitaria. Existe una correlación entre la ausencia de corrupción en el sector público de un país y un mayor gasto en sanidad”. Y citó el ejemplo de Uruguay que obtuvo la puntuación más alta de América Latina, “realiza una fuerte inversión en sanidad y cuenta con un buen sistema de seguimiento epidemiológico que ha sido de gran ayuda a la hora de afrontar el COVID-19 y otras enfermedades infecciosas, como la fiebre amarilla y el zika”.

Respecto de Estados Unidos, que mantiene su tendencia descendente y obtuvo su peor puntuación desde 2012, la ONG internacional analizó: “Aparte de los presuntos conflictos de interés y abusos de autoridad existentes al más alto nivel, en 2020 han saltado las alarmas por la débil supervisión del billón de dólares destinado a la lucha contra el COVID-19, en un país con una larga historia de normas democráticas que promueven la rendición de cuentas por el gobierno”.

En el otro extremo de la tabla, los países percibidos como más corruptos son Nicaragua con 22, Haití con 18 y Venezuela, en último lugar de América en el puesto 173, con solo 15 puntos sobre 100.

Fuente: Infobae