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Milei estudia las posibilidades de continuar con el ajuste sin generar más malestar social

Entiende que el índice de inflación de marzo, que sería del 10%, ayudaría a darle oxígeno a su gobierno

Milei estudia las posibilidades de continuar con el ajuste sin generar más malestar social

El látigo y la zanahoria. “¿Sabían que el pelotudo del gobernador de Tierra del Fuego no quiere recibir a Richardson?”. Es jueves y la reunión de Gabinete en la Rosada avanza sobre un repaso general de distintos temas. El jefe de Gabinete, Nicolás Posse, acaba de contar sobre su reunión del día anterior entre el ministro de Defensa, Luis Petri y Laura Richardson, jefa del Comando Sur de Estados Unidos, la general que se encarga de operaciones y cooperación de seguridad en América Latina, una militar estratégica para el gobierno norteamericano que llegó al país preocupada por China.

Fue entonces que un funcionario soltó que Gustavo Melella, el gobernador fueguino había anunciado que no la recibiría en su visita a Ushuaia. “¿Cómo, cómo, cómo?”, se metió el Presidente. A pesar de que no estaba en agenda un encuentro con ella, así empezó la historia del intempestivo viaje al sur con la primera plana del Gobierno y un discurso de medianoche donde Javier Milei marcó y remarcó la afinidad de su gestión con los intereses geopolíticos norteamericanos. Una gestualidad conducente no sólo con la decisión de mostrar una posición diferencial con la provincia frente a una referente de relevancia global sino también con la necesidad de una excepción ante el FMI. Un trayecto que parece nublarse.

La agenda de temas geopolíticos complejos tiene varios hitos

A Richardson, le preocupa la base china en Neuquén que funciona bajo el control completo de Beijing -en esta misma semana el Gobierno anunció una inspección como otro gesto de afinidad-; y combate la construcción de un puerto multipropósito en las proximidades de Río Grande que sí apoya Melella: “No vamos a recibir formalmente, oficialmente y de ninguna manera a la Jefa del Comando Sur de los Estados Unidos porque realizan prácticas militares junto a Gran Bretaña de Atlántico Sur”, había dicho el mandatario en el Monumento a los Caídos esta semana. El gobernador cree que ese proyecto es una clave para mejorar el flujo comercial de Tierra del Fuego. Estados Unidos sólo ve intereses pesqueros y estratégicos de China con la Antártida detrás de esa inversión.

El movimiento del viaje fuera de agenda del Presidente resultó tan gratificante para Richardson y el embajador de EE.UU. en Argentina, Marc Stanley, que el Presidente volvió de Tierra del Fuego con la decisión de participar también en un evento que no tenía prevista su presencia, la entrega del avión Hércules que donó Estados Unidos. La agenda de alineamiento intensivo tiene varias capas que remover.

No hay dudas, desde que asumió Milei, que esta comunión es una convicción del Presidente. Pero hay ahora una intencionalidad adicional. Cada gesto busca subrayar esa sociedad en la previa del viaje al FMI en Washington del ministro Caputo: “Si quieren ayudarnos porque somos socios estratégicos, tenemos que poder opinar nosotros también de cuándo y cómo necesitamos esa ayuda”. En el medio de estos días de amor entre Richardson y Milei, algunos mencionaban en el primer piso de la Rosada de un juego de “látigo y zanahoria” con el gobierno de Biden. Un ejercicio de voluntarismo.

Dilema temporal

Hay informes que lee Javier Milei que dicen que toda su gestión está en un “dilema temporal”. El concepto es bastante literal. Cruza el tiempo del sacrificio con el tiempo de los resultados. Casi la paradoja del segundo semestre de Mauricio Macri, creen algunos analistas del humor social que consume el Presidente. “¿Hasta cuándo sostiene la sociedad este ajuste?”.

La respuesta desvela al Presidente y a su círculo más cerrado que, aún así, no transmite temor. Los números siguen mostrando que hay paciencia y que a pesar de que hay una fuertísima recesión en curso que sólo se profundizará en abril y mayo, ahora aparece junio como el punto de giro donde algo de la expectativa debe convertirse en realidad. La mitad del año en donde el Gobierno cree que necesitará sin dudas la llegada de dólares. Los de la cosecha y los famosos 15 mil millones de dólares que esperaban conseguir del FMI y que ahora, a pesar del viaje del ministro a Washington, aparece más ensombrecido.

Está sucediendo esta comentada escena inédita donde la Argentina pide fondos para su política monetaria y no para su política social. La regla invertida de años anteriores con la increíble voltereta de que es el FMI quien no para de reclamar un ajuste menos cruel.

Se construyen en paralelo, planes B y C para conseguir los dólares

El fin del cepo, una de las medidas que soñaban con anunciar lo antes posible, se diluye hasta no tener esa garantía. En las conversaciones de círculo chico, usan el criterio de Kelly, famoso para las apuestas: es una fórmula matemática que permite con bastante precisión saber la posibilidad de que una apuesta sea exitosa. “Ahora estamos 50 y 50″, dicen sobre el cepo.

La cosecha, una de las grandes expectativas de dólares del Presidente, aparece difusa. En una entrevista a Bloomberg, volvió a desestimar la posibilidad de devaluar. “¿Qué tipo de estupidez es esa de que tengo que hacer saltar el tipo de cambio cuando en realidad el tipo de cambio está alineado con el de mercado?”, dijo. Los chacareros juegan el juego del timing con el precio del dólar. No habrá devaluación. ¿Cómo será la liquidación?

Una de las personas que conversa diariamente con el Presidente sobre los detalles del rumbo económico se fastidia con quiénes critican que no tienen un plan de desarrollo económico. En una reunión informal del primer piso de la Casa de Gobierno, comentaba la entrevista que dio Alfonso Prat Gay a José del Río en La Nación. “No la ven”, sonríe.

El plan oficial parece una saga demasiado lineal: “Arreglo la macro, seteo las reglas de juego para que el mercado compita. Y después vayan y compitan. Ni sueñen con un programa del Estado para reactivar la industria ni promover el consumo. No creemos en eso”. “¿Es viable en un país con la mitad de la gente pobre?”, preguntó. “Ese es nuestro mayor desafío”.

El derrumbe

Según los datos consolidados y de proyección de consumo de la consultora W, el primer trimestre que terminó el 31 de marzo, bajó -respecto del 2023- el 40% la venta de electrodomésticos, 30% los autos, 30% indumentaria, 27% motos, 25% shoppings, 25% insumos para la construcción, 20% despacho de cemento, 15% combustibles, 8% supermercados y 5% consumo masivo total.

“Son parámetros similares a los del año 2002″, dijo ayer en Verdad Consecuencia, Guillermo Olivetto, el titular de W, especialista en consumo y experto medidor del humor social. Siete de cada diez argentinos respondieron a la encuestadora Aresco estar peor económicamente.

Este mes empieza el aumento de gas, también se anunció el del agua, ya está el de la luz. Aún con algo de gradualismo anunciado, la escalada será inmensa. Con la ley de Bases en un trayecto que parece solucionado (un gobernador dialoguista le dice “minibus” por lo reducida que quedó), con seguridad volverá el impuesto a las Ganancias, ahora a los ingresos. Habrá una revisión más delicada de la aplicación de la alicuota y están por conceder un mínimo no imponible más cercano a sueldos brutos de 1.5 millones para conseguir la simpatía de los gobernadores del Sur. O sea, menos plata en los bolsillos de los que cobran esos salarios.

Con todo, la expectativa de mejora, el gran dato que festeja Milei, sigue intacta, según Aresco. Pero el 80% de los encuestados respondió que necesita una mejora económica durante este año. El Gobierno espera dar oxígeno con la inflación. Totalmente convencido de que marzo estará más cerca de 10 puntos que de 13 y con la aspiración de que abril se acerque más 5 que a 10. ¿Alcanza?