En lo alto de las yungas de Jujuy, donde la montaña se abre en terrazas rojizas talladas a pico, retroexcavadora y perseverancia, una familia jujeña llegada hace 40 años del Conurbano bonaerense está intentando algo que parecía imposible en la minería argentina: convertir la única mina de cobre del país en operación en un proyecto viable de baja escala, sustentable, de largo plazo y con sello propio. No es una multinacional ni un gigante del cobre. Es una pyme. Se llama MOM Mining y detrás están Carlos Villanueva, sus hijos Leonardo, Fernando y Marcelo, el abogado Diego Zuliani y el director comercial Pablo Luro, hombres que hablan de minería con la frescura de quienes todavía se sorprenden de dónde llegaron.
Durante una reciente visita a Jujuy, Energy Report pudo conocer el trabajo que hoy hace MOM Mining, parte del Grupo Villanueva, de avanzar con un ambicioso plan de desarrollo minero en la provincia, que buscar posicionarse como uno de los actores emergentes de la minería de cobre en el norte argentino.
La historia, que combina trabajo familiar, visión productiva, innovación y un espíritu profundamente jujeño, empieza con una frase repetida por los anfitriones: “Nos metimos sin saber bien dónde nos metíamos”. Pero también con otra: “Y hoy estamos convencidos de que esto puede ser mucho más grande de lo que alguna vez imaginamos”. Es que originariamente el Grupo se dedició al rubro de la construcción, con importantes iniciativas públicas y privadas en Jujuy durante dos décadas. Es más, ellos están finalizando el hotel Amerian del centro de la capital jujeña, el edificio más alto de la provincia.
En minería, con cuatro proyectos en marcha -dos en producción y dos con Declaración de Impacto Ambiental (DIA) otorgada- la pyme familiar busca consolidar una operación integral que combina producción, exploración y futura industrialización a escala piloto.
Fundada en 2020 para reactivar la Mina Martín Bronce, MOM Mining nació como un emprendimiento de capitales 100% jujeños y hoy integra un ecosistema productivo que incluye a las firmas Villanueva e Hijos, Valerza, Imanta, Propay y Villanueva Servicios Mineros. Su crecimiento expresa un fenómeno clave de la minería actual: la profesionalización y expansión de grupos locales con capacidad técnica, inversión sostenida y visión de largo plazo.
Martín Bronce estaba casi olvidada cuando el Grupo Villanueva decidió comprarla. El yacimiento había tenido explotación dispersa y discontinuada a lo largo de décadas. En palabras de Carlos Villanueva: “La mina estaba parada hacía años. Había sido de varios dueños, todos la trabajaban un tiempo, sacaban algo y la dejaban. La montaña seguía ahí, esperando. Nosotros vimos una oportunidad, pero sobre todo vimos un desafío”.
Leonardo, actual impulsor del desarrollo minero, recuerda el momento exacto en que decidieron avanzar: “La compramos sin una planificación perfecta. Lo que teníamos era empuje, máquinas propias y ganas de hacer las cosas bien. Ahí empezó todo”.
MOM Mining opera actualmente cuatro proyectos mineros en Jujuy: Martín Bronce (Cobre); La Auxiliadora (Oro); Adriana (Oro) y Lupe (Oro). Dos de ellos ya se encuentran en producción, mientras que los restantes están listos para iniciar explotación tras obtener las DIA correspondientes.
En paralelo, la compañía avanza con un proyecto clave para su salto cualitativo: el lanzamiento del primer fideicomiso financiero minero de Argentina para solventar la campaña de exploración y perforación y la construcción de una planta de enriquecimiento de cobre, prevista para el mediano plazo, en 2026.
En conjunto, la compañía emplea 37 trabajadores de manera directa e indirecta, con un esquema de roster 14x14 en dos áreas de operación -cobre y oro- y equipos de soporte en Administración, RRHH, Legal y Medio Ambiente, Compras, Logística, Finanzas, Mantenimiento e IT.
Un fideicomiso para crecer: planta, exploración y dos vías de inversión
Para avanzar hacia una nueva etapa, MOM Mining creó un fideicomiso financiero que tiene tres objetivos. Por un lado, construir la planta de procesamiento (con una tecnología propia), ampliar la capacidad de extracion hasta llegar a las 5.000 toneladas mensuales y financiar exploración adicional para certificar NI43101 y extender la vida útil del proyecto.
El instrumento permitirá dos alternativas de inversión:
Certificados de Participación (CPE), un instrumento que captura el flujo de la venta para quienes quieran apostar a largo plazo y capturar la rentabilidad de la producción futura.
Deuda respaldada en bonos del Tesoro de EEUU, una opción destinada a perfiles más conservadores, que ofrece tasa fija mas un premio por aumento del precio internacional del cobre.
“El inversor puede entrar con participación o con deuda. En ambos casos, la garantía es la producción y el cobre como activo estratégico. Queremos un esquema transparente y seguro”, explicó Zuliani, que junto Pablo Luro, director comercial del Grupo Villanueva, ofrecerán una presentación de la herramienta de inversión minera el 27 de noviembre en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.
MOM Mining no compite con las grandes mineras: juega otro partido. Su escala es reducida, sus costos son más bajos y su capacidad de decisión es inmediata. Leonardo lo explicó sin vueltas: “No somos una minera gigante. Somos una empresa familiar. Y eso, lejos de ser una desventaja, nos permite innovar, ser rápidos y pensar soluciones creativas”.
Carlos Villanueva agregó: “La minería no tiene por qué ser solo para grandes compañías. En Argentina tiene que haber espacio para emprendimientos como este”.
Las pymes mineras no pueden afrontar exploración tradicional: una perforación puede costar un millón de dólares. Y por eso surge la necesidad del fideicomiso, con dos influencias bien marcadas: las conversaciones en CAEM y con agentes de la Bolsa, y el modelo de venture capital minero de Toronto, basado en compartir riesgo mediante securitización.
El fideicomiso minero financiará: la exploración con perforaciones (DDH), que permitirán la certificación de reservas, un aumento de capacidad productiva y el cierre de ciclo con la construcción en unos seis meses de la planta de lixiviación. Detrás de la operación está Valerza -empresa financiera del grupo-, que tiene trayectoria en emisiones públicas y privadas: fue la primera pyme del país en emitir una Obligación Negociable Simplificada.
