El Congreso del Partido Justicialista, que se realizará este sábado en Merlo, lo habilitará para formar parte de una alianza electoral. Pero en un clima de creciente desconfianza, Axel Kicillof, Sergio Massa y Máximo Kirchner preparan alternativas para tener al alcance de la mano, incluso si llegan a un acuerdo de unidad.
Las dificultades para ponerse de acuerdo sobre la definición de los apoderados es una de las principales señales de alarma que alimentan la desconfianza.
Pero además, en el entorno del gobernador bonaerense no están seguros de que a último momento haya alguna movida, especialmente del lado de La Cámpora, que busque dejar a Kicillof en desventaja. Sin embargo, empujan para intentar alcanzar un acuerdo.
“Si no funciona el plan A (la unidad), tenemos preparado plan B, C y D”, dijo un intendente del armado del Movimiento Derecho al Futuro (MDF), que lidera Kicillof. Massa también avisó que si hay dos listas, habrá tres. Y Máximo Kirchner apuesta a quedarse con el sello del PJ.
En medio de un clima de desconfianza, el PJ busca la unidad
Las negociaciones no terminarán este sábado si el PJ queda habilitado para formar parte de un frente electoral: las tensiones se trasladarán al miércoles 9 de julio, cuando venza el plazo para inscribir las alianzas.
Un primer paso será el de confirmar a los apoderados que firmarán esa inscripción. Ninguno quiere quedar desplazado.
Aun en un escenario en el que todo salga como planean quienes apuestan a la unidad, el MDF se guardará un sello para jugar por fuera de esa alianza en caso de que el acuerdo se rompa antes del 19 de julio, cuando venza el plazo para la presentación de listas.
Si no hay acuerdo, cada uno jugará en su propio espacio. Máximo Kirchner buscará quedarse con el sello del PJ, como presidente del partido en la provincia de Buenos Aires, y plantará candidatos propios en los municipios donde los intendentes pertenecen al MDF.
Massa llevará sus propias listas, con el armado territorial del Frente Renovar; incluso coquetea con la idea de cerrar un acuerdo de centro con el radicalismo y el peronismo disidente. Mientras que Kicillof se respaldará en la red territorial de los jefes comunales.
Todos reconocen que ese sería el peor escenario para un peronismo dividido ante La Libertad Avanza, en caso de que Javier Milei termine cargándose al hombro la campaña, como lo hizo en la Ciudad de Buenos Aires. Algunos creen que el Presidente podría hacerlo recién para octubre, en las elecciones nacionales.
En las primeras ocho elecciones del año quedó claro para el PJ que, si llega fraccionado, puede quedar relegado hasta en un tercer lugar. En cambio, con una unidad lo más amplia posible, puede acercarse a una victoria.
Las de septiembre, pero especialmente las de octubre, serán dos elecciones difíciles para el peronismo bonaerense. Lo reconocen en público y en privado. Pero no todos tienen la misma voluntad en darse por derrotados antes de competir.