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Durante la segunda quincena de diciembre y enero vacacionaron en el país más de 20 millones de turistas

De ese número, casi un millón llegaron desde otros países

Durante la segunda quincena de diciembre y enero vacacionaron en el país más de 20 millones de turistas

Entre la segunda quincena de diciembre y el mes de enero completo, 20,3 millones de turistas eligieron vacacionar en destinos locales y realizaron un gasto directo de $ 803.789 millones

De acuerdo a los datos relevados por el sector de Turismo de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), la segunda quincena de enero superó en números a la primera y los fines de semana tuvieron niveles de ocupación plenos

Comparada con la temporada anterior viajaron 4,1% más de turistas y el gasto total tuvo un crecimiento real del 19,1% frente al año pasado.

La estadía media fue levemente inferior al verano 2022 (4,3 días vs. 4,6 días del año pasado), posiblemente por el incremento en el gasto diario, que promedió los $ 9.149 este año.

Casi todas las ciudades del país fueron recorridas por turistas y/o excursionistas en lo que va de la temporada. Incluso las menos atractivas recibieron viajeros, ya sea de paso o aquellos que buscaron destinos vírgenes.

El número inédito de fiestas populares y eventos se convirtió en uno de los motivos de decisión sobre cuándo y dónde viajar, especialmente para el turista que eligió el interior del país.

Arribaron muchos turistas de países vecinos: el Litoral sur, Entre Ríos, sobre todo, estuvo colmado de uruguayos. El Litoral norte, de brasileños y paraguayos. Y en el Oeste argentino hubo mucha afluencia de chilenos.

En total, unos 680 mil turistas de todo el mundo ingresaron al país durante enero. Ese número repercute en una mejora de la ocupación, del gasto destinado a consumo y posiciona a la Argentina como el destino más fuerte de América del Sur.

Muchas ciudades pequeñas –poco acostumbradas al turismo extranjero no fronterizo– se vieron sorprendidas por la presencia de viajeros de Dinamarca, Islandia, Rusia y Ucrania, entre otros.

Las ciudades con playas compitieron a la par con las zonas de montañas y con los complejos termales, que, a pesar del calor, fueron muy concurridos en verano.

A pesar de la inflación y de que el turismo buscó ser lo más medido posible con los gastos, los bares y restaurantes trabajaron muy bien, siempre llenos y con buena rotación de gente.

En la proporción de consumo, el destinado a ocio y recreación ganó más lugar. Se gastó menos en comercios con bienes de productos tradicionales no alimentarios y más en salidas y diversión.