Este domingo, un tiroteo ocurrió en una playa de Sidney, Australia. El ataque sucedió a metros de un evento donde se celebraba Janucá, una festividad judía. Hasta el momento, se confirmó que 11 personas murieron y que hay, al menos hasta ahora, otros 29 heridos.
El hecho se produjo cerca de las 18:40, cuando personas que estaban en la Playa Bondi escucharon más de 50 disparos y notaron que había heridos cerca de Campbell Parade, informó el medio local The Sydney Morning Herald.
En los últimos minutos, la ambulancia de Nueva Gales del Sur, confirmó la cifra de heridos, mientras que los paramédicos siguen asistiendo víctimas en el lugar.
La Policía de Nueva Gales del Sur emitió un comunicado en X, indicando más detalles del trabajo policial: “Dos personas están bajo custodia policial en Bondi Beach; sin embargo, la operación policial continúa y seguimos instando a la gente a evitar la zona. Por favor, obedezca TODAS las instrucciones de la policía. No cruces las líneas policiales”.
Los efectivos locales ordenaron a la población a evitar la zona y alejaron a cualquiera que estuviera en la playa.
En declaraciones a 2GB, Alex Ryvchin, codirector del Consejo Ejecutivo de la Comunidad Judía Australiana, aseguró que el tiroteo ocurrió en el marco de una celebración judía organizada para la primera noche de Janucá.
Ryvchin cree que el tiroteo fue “muy deliberado y muy dirigido”, además de que informó que estaban cientos de familias reunidas.
Según informó la agencia AP, entre los heridos hay dos agentes de la policía. Las autoridades australianas no confirmaron cuál era el objetivo del tiroteo, pero varios dirigentes internacionales enviaron sus mensajes de condolencias y rechazo hacia el avance del antisemitismo.
El Primer Ministro de Nueva Gales del Sur, Chris Minss, describió que las denuncias e imágenes de la escena son profundamente angustiantes.
En esta misma línea, la líder de la oposición, Sussan Ley, se unió al reclamo del Primer Ministro por el aberrante ataque, y expresó su tristeza, apoyando a la comunidad judía de Australia. “Era una celebración de paz y esperanza para el futuro, rota por el odio”, indicó.
