La salida clandestina de María Corina Machado de Venezuela para recibir el Premio Nobel de la Paz en Oslo abrió una nueva fase de lucha para la líder de la oposición al gobierno de Nicolás Maduro que estará indefectiblemente vinculada a los objetivos geopolíticos de Donald Trump.
El futuro de Machado, a corto, mediano y largo plazo, no será el mismo si el presidente estadounidense tiene éxito o fracasa en su plan de quitar del poder a Maduro en particular o al chavismo en general.
Esa dualidad es hoy palpable. Por un lado, tendrá una mayor exposición mediática para profundizar su narrativa comunicacional y sus vínculos internacionales; pero por el otro, si Maduro se aferra al Palacio de Miraflores y la crisis se alarga, corre el riesgo de que su figura pierda influencia.
No será algo nuevo. Le pasó al autodenominado presidente Juan Guaidó y al opositor Leopoldo López, ambos en el exilio y sin peso en el universo de la oposición venezolana. También, aunque es un caso distinto, al excandidato presidencial Edmundo González Urrutia, hoy en España y a quien la oposición reivindica como ganador de las elecciones de mediados de 2024.
Pero Machado tiene algo extra y de peso a su favor: una virtual unanimidad opositora en encolumnarse detrás de su figura, más allá del Premio Nobel y de las eternas disidencias y fracturas internas.
¿Va a volver María Corina Machado a Venezuela?
Su prometido regreso a Venezuela es, al menos por ahora, solo una expresión de deseos.
“Mi vuelta dependerá de que se den las condiciones propicias de seguridad y no depende de la salida o no del régimen: será lo antes posible”, dijo.
Su paradero es desconocido. Salió de Oslo en los últimos días tras someterse a exámenes médicos que confirmaron una fractura en una de sus vértebras que sufrió durante su riesgosa salida de Venezuela.
El analista venezolano Piero Trepiccione subdirector del Centro Gumilla de Análisis, dijo a TN que el futuro de Machado dependerá de cómo concluya la crisis actual en el Caribe bajo la creciente amenaza militar estadounidense.
“Todo va a depender de la posibilidad de una transición en Venezuela. Si esa posibilidad se aleja, puede tener una alta probabilidad de que su figura se vaya diluyendo, como le sucedió a Guaidó y Leopoldo López”, afirmó.
“Por el contrario, si la posibilidad de una transición se acerca, ella podría consolidar su figura porque habría resultados concretos”, añadió.
Para el analista, “es un juego de expectativas. Si no se cumplen en el corto y mediano plazo, se pueden convertir en frustración. Eso es lo que les ocurrió a Guaidó y López y eso le podría suceder a Machado si el paso a una transición se retarda demasiado”, indicó.
María Corina Machado ató su futuro inmediato a Donald Trump
El analista internacional Federico Merke, director de la maestría en política y economía internacionales de la Universidad de San Andrés, dijo a TN que en esta crisis “hay un dilema”.
“Comparado con Guaidó y López, ella coexiste con un Trump mucho más decidido en principio en desplazar a Maduro. El dilema es que ella, que acaba de ganar un Nobel de la paz, termine auspiciando una guerra en nombre de la democracia. Ese es un escenario”, indicó.
Para Merke, “el otro escenario es que Trump no avance o fracase y Machado quede afuera del juego. Hay un riesgo”, sostuvo.
Pero en el ambiente político cercano a Machado piensan muy diferente.
Una dirigente de su círculo íntimo, que pidió el anonimato porque reside en Caracas y teme por su seguridad, dijo a TN que por más que la líder opositora se quede en el exilio “no se va a diluir su figura”.
“Son condiciones totalmente diferentes. Guaidó tuvo su momento, pero nunca catapultó lo que Machado ha hecho. Leopoldo López logró tener un capital político que después se disipó porque hubo una campaña muy grande en su contra”, afirmó.
Además, señaló: “Ninguno de los dos han llegado a tener la proyección de María Corina y lo que ha demostrado ella. Su proyección ha llegado a unos límites que nunca los tuvieron los otros dos” dirigentes, enfatizó.
