La audiencia de debate está a cargo de los jueces de la Sala I del Tribunal de Juicio, Martín Pérez (presidente), Javier Aranibar y Leonardo Gabriel Feans (vocales).
Nelson Leonardo Cositorto está imputado por los delitos de estafas reiteradas (118 hechos) y asociación ilícita en concurso real. Por los mismos delitos están siendo juzgados Ricardo Gabriel Isaac Vilardel, Jorge Federico Vilardel, Ana Lucía de los Ángeles Vilardel y Vilma Griselda Albornoz.
La testigo propuesta por la defensa de Cositorto dijo que “tuvo el gusto” de conocer al fundador de Generación Zoe a través de la capacitación en coaching ontológico que realizó en su plataforma. Al resto de los imputados dijo conocerlos de las oficinas que la empresa tenía en Salta.
Afirmó que Zoe brindaba una “educación de excelencia” para que tanto personas mayores como jóvenes tuvieran “un propósito en la vida”.
Definió a Cositorto como “su mentor” y sostuvo que cuando tuvo la oportunidad de invertir en la financiera – en abril de 2020- lo hizo porque ya había mucha gente que, aparte de estudiar, estaba ganando dinero luego de confiarle sus ahorros a la firma.
La testigo sostuvo que obtuvo beneficios mes a mes y que cuando ella decidió reinvertir las ganancias fue por decisión propia y no porque alguien la hubiera obligado. No obstante, dijo no tener documentación que acredite sus afirmaciones puesto que la rentabilidad figuraba en una plataforma que desapareció.
Señaló que la operatoria funcionó de forma regular hasta comienzos de 2022, momento en que la empresa de Cositorto sufrió una “salvaje arremetida” y fue víctima de un “circo” armado por “intereses creados”. Manifestó que esta maniobra fue la que ocasionó la cesación de pagos.
La ronda de testimoniales incluyó también la comparecencia de un variado grupo de damnificados, entre ellos efectivos del Servicio Penitenciario que dijeron haberse enterado de Zoe a través de un mismo compañero. Luego de concurrir a la oficina y asesorarse sobre la propuesta financiera de la empresa decidieron invertir.
Uno de los denunciantes manifestó que optó por no retirar su capital y reinvertir los intereses porque se dejó convencer por “el habla” de los encargados de la oficina. Indicó que, cuando en febrero de 2022 se hizo público el pedido de captura de Cositorto, los coimputados dieron la instrucción de habilitar una nueva billetera virtual. Les aseguraron a los ahorristas que a través de ella iban a obtener el doble de ganancia, cosa que no ocurrió.
El testigo manifestó que cuando los pagos comenzaron a atrasarse y elevó su reclamo, los encargados de la sucursal de Zoe en Salta le dijeron que ya no estaban vinculados a la empresa y que debía dirigirse a las oficinas de Buenos Aires.
Según consta en la causa, la financiera Generación Zoe -que tenía sede en Salta- comenzó a ser investigada en 2022 a partir de múltiples denuncias de ahorristas que aseguraban haber sido estafados.
Se logró determinar que Cositorto lideraba una empresa que operaba a través de un esquema fraudulento: atraía inversores con la promesa de una rentabilidad muy elevada: entre el 7,5% y el 10 % mensual, alcanzando el 120 % anual. Pero la ganancia prometida no procedía de las actividades financieras y comerciales que promocionaba Generación Zoe, sino de los fondos frescos depositados por nuevos inversores.